INTRODUCCIÓN

¿ESTAMOS ANTE UN INSTRUMENTO, UNA NECESIDAD, O AMBOS?

Hace unos años, las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, también conocidas como TIC, o NTIC, sonaban a película de George Lucas, a ciencia ficción, a sueño imposible.

De ésto

a la realidad de hoy en día, hay un gran trecho: esa ficción, esos sueños imposibles son ya una realidad. De hecho, la normativa educativa las contempla como una competencia básica a alcanzar por los alumnos, la competencia digital. Esto implica dos aspectos básicos:

a) una formación de base para nuestros jóvenes, con lo que las nuevas tecnologías se convierten en instrumentos esenciales integrados en el proceso educativo, que ofrecen la posibilidad de entornos virtuales de aprendizaje; lo que nos lleva a una segunda exigencia,

b) cambio en la formación didáctico-tecnológica del profesorado, una formación de formadores que preparen a aquéllos. (Marquès, P., 2000)

Además, es algo que nos viene impuesto de manera lógica y a la vez imparable e inevitable, hasta tal punto que le da nombre a la sociedad actual, la sociedad digital. Se convierte, por lo tanto, en una demanda social a la que la escuela ha de prestar su debida atención, dado que con los continuos avances de estas tecnologías y en tiempos realmente tan cortos, a veces vertiginosos, ya no nos preguntamos, como solíamos hacer, “¿quedará algo por descubrir?” sino que la pregunta ha cambiado “¿qué nos deparará a continuación?”.